Los xilófagos son un grave problema para la estructuras de muchos edificios. Especialmente corren un riesgo las construcciones del Patrimonio Histórico, cuyo valor es incalculable y representan a la cultura de un pueblo. Actuar a tiempo es necesario para conservar edificios y piezas artísticas.
¿Cómo trabajan las termitas?
Las termitas son insectos que difícilmente podemos percibir a simple vista. Son devoradores incansables de madera y construyen nidos de difícil acceso, por encontrarse bajo tierra generalmente.
Forman parte del grupo de los xilófagos, al igual que las carcomas, tan destructivas como estas. Ambas forman plagas, buscando estructuras de madera o plantas, por lo que les resulta muy sencillo encontrar su botín en ciudades antiguas, donde existen numerosos edificios construidos en madera.
Las termitas se mueven fácilmente por debajo de la tierra, así que, cuando comiencen a devorarse una estructura, iniciarán desde la base. Por supuesto que no les costará crear un túnel a través de la madera que, lentamente, irán comiéndose.
Debido a su minúsculo tamaño, nos resulta bastante complicado tener constancia de que están ahí. Aunque un ligero golpe sobre una estructura de madera nos puede dar una pista de la existencia de una plaga de estos bichos.
El sonido hueco es el indicio de que una estructura no está bien. En este sentido, si se trata de un edificio, corre el riesgo de derrumbarse, ya que su esqueleto, que es la madera, está dañado indudablemente. Rehabilitar las estructuras del Patrimonio Histórico supone un gasto muy elevado para la población y sus gobiernos. Desgraciadamente, eso suele darse muy seguido en ciudades con siglos de existencia.
Los métodos para acabar con los xilófagos
No es lo mismo exterminar a las termitas que a las carcomas. Estas últimas suelen requerir de un lento procedimiento que puede durar hasta una semana. Mediante insecticida, a veces inyectado sobre la madera que es atacada, se suele poner fin a esta plaga.
En el caso de las termitas, cuando tienen invadido los edificios de madera, lo primero es desalojar a las personas que puedan habitarlo si se sospecha que corre riesgo de derrumbe. Aunque existen normas como la UNE 56418:2016, en ocasiones se tienen que reunir los expertos para determinar las actuaciones ante estas plagas tan destructivas.
La dificultad reside en llegar hasta el núcleo del nido de una plaga de termitas subterráneas. Para ello, se han creado estrategias que parecen dar excelentes resultados, aunque suelen requerir de mucho tiempo.
A través de un cebo se llama la atención de estos insectos, buscando que lleven esta comida hasta el núcleo de su nido. Este cebo persigue provocar un daño en el desarrollo de estos xilófagos, impidiéndoles su crecimiento y, con ello, un mayor daño a las estructuras que han elegido como alimento.
La prevención es también importante, por eso, es necesario evitar las áreas húmedas, que tanto eligen para multiplicarse. Así, en caso de inundación, el secado rápido de los edificios afectados es vital para que no se propaguen.
Los xilófagos son un peligro para los edificios antiguos de cualquier ciudad. Saber actuar a tiempo es clave para la conservación del patrimonio cultural.
Tecno: Laboratorio y Control de Plagas.
Fran Lloris. Gerente Sanidad Ambiental