El ayuntamiento detecta hasta cuatro focos y busca alternativas “eficientes y respetuosas” en los puntos donde tiene competencia para actuar
Tras unos lluviosos primeros meses de primavera, las acumulaciones de agua estancada crecen y, con ello, la proliferación y la cría de los mosquitos, especialmente en los municipios que limitan con el río Túria, como es el caso de Xirivella, donde las quejas vecinales por esta causa se han disparado. Desde el ayuntamiento afirman que «se trabaja de forma exhaustiva para poner fin a este problema de una manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente y otras especies”, en las zonas que son competencia municipal.
Nubes de mosquitos inundan algunos puntos del municipio y la población muestra su descontento. «El sábado estaba en una terraza y, de repente, llegó una nube blanca de mosquitos. La mayoría de gente se quejaba en esa zona y en las calles», explica una de las vecinas que ha vivido en primera persona. «Aunque todos los años pasa algo similar, este año es más notorio y se ha producido más pronto», añade esta ciudadana.
Ante esta reacción el ayuntamiento recalca su «sensibilidad con el problema y comprensión». “Desde la ciudadanía reclaman una fumigación masiva, pero esto no es posible”, exponen desde el consistorio. Y es que se han detectado cuatro focos diferentes. Por un lado, el más importante es el que viene del nuevo cauce del río. Pero además, son puntos de proliferación algunos solares periurbanos abandonados y, en la huerta, algunos campos sin cultivar desde hace años. Ello se une a los que provienen del alcantarillado.
El foco principal no es competencia de las autoridades del municipio, ya que las actuaciones en el cauce pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), un organismo al que el consistorio recuerda que «ha de cumplir su obligación de limpiar el espacio, manteniendo las especies a raya, con medidas respetuosas, ya que la fumigación no distingue entre especies» y una actuación agresiva no solo acabaría con los mosquitos, sino también con la fauna necesaria para el mantenimiento del ciclo de este hábitat como, por ejemplo, las libélulas y las abejas.
«Cada año existe el mismo problema, pero este, en concreto, es extraordinario ya que se ha agravado más aún con las últimas lluvias y las recientes subidas de temperaturas”, remarcan desde la empresa de control de plagas TECNO, que ejerce en Xirivella. Los mosquitos que se crían en el río son de la especie “rantella” y son estos mismos los que están causando la plaga en el municipio. “A diferencia de los tigre, estos no pican y se desplazan por el viento formando nubes. Esto sumado a la situación geográfica de Xirivella que coincide con un azud donde se estanca el agua, es lo que provoca una mayor incremento”, añaden.
Asimismo, el Túria es una zona natural protegida, por lo que, a pesar de que existan larvicidas específicos que solo matan a los mosquitos, es complicado eliminarlos porque estos son el alimento de otros animales. “Por ello, la medida más común que lleva a cabo la Confederación Hidrográfica es desbrozar el cauce para facilitar la fluidez del río y evitar que este se estanque, de manera que se evita, en la medida de lo posible, la cría del mosquito”, explican.
Otros puntos de cría
Sin embargo, son otros tres los focos secundarios, tal y como señalan desde el ayuntamiento. Por un lado, en las zonas periurbanas del municipio existen numerosos solares privados en los que, cuando hay una acumulación de aguas por las lluvias, las larvas proliferan. El papel del consistorio ahí es informar a los propietarios de las medidas que han de tomar, pero no pueden obligarles «a que se lleve a cabo un control”. Asimismo, TECNO confirma la dificultad de estas intervenciones, ya que se ha de inspeccionar y buscar los lugares donde puede existir estos depósitos de agua y después, localizar a sus propietarios para que tomen medidas.
Además, este punto de Xirivella tiene la peculiaridad de que linda con la zona de la huerta donde se crean charcos por los aspersores, lo que favorece la plaga en el área periurbana. Ahí, en los campos abandonados, es donde se halla un problema similar, ya que muchos de ellos son de carácter privado también. Además, su fumigación puede afectar a diferentes espacios de cultivo del entorno.
Por otro lado, están las alcantarillas en las que el consistorio sí que actúa durante todo el año junto con los operarios que echan biocidas para acabar con las larvas. El problema en los desagües es que “es necesario mantener un nivel de agua para evitar malos olores, pero esto ayuda a la proliferación de mosquitos”, apuntan desde TECNO. Por lo tanto, dada la situación actual, la empresa trata con larvicidas las aguas más de una vez por semana.
Por otra parte, «el número de mosquito tigre no ha aumentado con respecto a estas fechas otros años, gracias a las labores de control”, señalan desde TECNO. Este se vigila de manera más exhaustiva, ya que no se mueve mucho del lugar donde nace. Por ello, es más sencillo encontrar los focos. Aún así, expertos de esta empresa apuntan a que más de un 60% de esta especie se cría en lugares privados, por ejemplo, “en los cubos del aire acondicionado de la terraza”, por lo que las labores de prevención y concienciación sociales son esenciales.
Fuente: levante EMV