Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia está analizando cómo la luz ultravioleta lejana (segura para los humanos, pero letal para los virus) podría ayudar a frenar los contagios al conseguir exterminar a los virus de ciertas superficies en entornos cerrados.
Cientos de investigadores de todo el mundo están buscando una solución a la actual pandemia de coronavirus a través de, principalmente dos enfoques. Por un lado, la elaboración de una vacuna eficaz y segura contra el SARS CoV-2 y por otra parte frenar los contagios entre la población analizando cómo se propaga el coronavirus. El primero de los enfoques llevará al desarrollo de una vacuna, sin duda, pero tardará muchos meses en llegar, según los propios especialistas. Al segundo respecto, los científicos están analizando cómo el uso de ciertos tipos de luz, con una longitud de onda determinada, muy específica y distinta a la de las típicas lámparas de ultravioleta actuales, podría ayudar a eliminar los virus de ciertas superficies y, así, reducir la propagación del virus, sobre todo en lugares públicos y cerrados.
A este respecto, a través de un comunicado de prensa, en la Universidad de Columbia han informado del desarrollo de una técnica que elimina los virus en el aire gracias a luz ultravioleta de longitud de onda corta, lo que podría ser un arma potente y prometedora para reducir la propagación de la COVID-19 en lugares públicos cerrados.
La luz ultravioleta que mata a los virus
La tecnología, desarrollada por el Centro de Investigación Radiológica de dicha universidad , utiliza lámparas muy específicas que emiten dosis continuas y bajas de una longitud de onda particular de luz ultravioleta lejana, conocida como UVC lejana, que puede matar virus y bacterias sin dañar la piel humana, los ojos y otros tejidos, como es el problema con la luz ultravioleta convencional.
Los experimentos del equipo de investigación han demostrado que la UVC lejana es efectiva para erradicar dos tipos de coronavirus estacionales en el aire (aquellos que causan tos y resfriados). Sin embargo existen muchos tipos de coronavirus, por eso los científicos están analizando si funcionaría en la lucha contra el SARS CoV-2, para lo que han contado con la ayuda de Thomas Briese y W. Ian Lipkin, científicos del Centro de Infección e Inmunidad.
En palabras del investigador principal y director del centro, David Brenner, «La luz UVC lejana se puede usar de manera segura en espacios públicos, y matar a los patógenos en el aire antes de que podamos respirarlos». Así pues, usado en ciertos lugares públicos, esta tecnología podría limitar la propagación de los virus y así evitar futuras epidemias y pandemias.
Lucha contra el SARS CoV-… y otros virus
Además, este sistema tiene una ventaja añadida, pues no solo es aplicable al coronavirus que ha provocado la pandemia mundial en la actualidad, sino que podría servir para otros patógenos. Como apunta el propio científico, «No solo tiene el potencial de prevenir la propagación global del virus que causa COVID-19, sino también futuros virus nuevos, así como otros virus más familiares como la gripe y el sarampión». De hecho, como apunta el científico, incluso cuando consigamos desarrollar una vacuna contra el virus que causa COVID-19, será inservible contra el próximo nuevo virus que nos amenace.
Una luz muy especial
Durante décadas los científicos han investigado los posibles usos de ciertos tipos de luz para combatir patógenos. Los hospitales y laboratorios a menudo usan luz ultravioleta para esterilizar herramientas y otros equipos. Sin embargo la luz ultravioleta convencional es altamente penetrante y puede causar cáncer de piel y problemas oculares, lo cual la descarta para un uso generalizado en sitios públicos. De hecho ante el aluvión de información sobre la posibilidad de usar lámparas convencionales de luz ultravioleta, la Organización Mundial de la Salud ha salido al paso explicando que «no se deben utilizar lámparas ultravioletas para esterilizar las manos u otras partes del cuerpo, ya que la radiación ultravioleta puede irritar la piel«.
Sin embargo, la UVC lejana que están investigando los científicos y cuya longitud de onda es muy corta, no puede alcanzar ni dañar las células humanas vivas. Pero puede penetrar y matar virus y bacterias muy pequeños que flotan en el aire o en las superficies.
Actualmente ya existen varias empresas fabricando lámparas que emitan este tipo de luz, a pesar de que todavía no ha sido aprobada definitivamente por la Administración de Drogas y Alimentos y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, en un proceso que dura varios meses, según afirma el comunicado de la propia Universidad de Columbia. Actualmente su precio oscila entre los 500 y los 1000 dólares por lámpara, pero los precios previsiblemente caerán cuando se produzcan a gran escala, según la opinión del propio Brenner.
Está claro que este tipo de lámparas de luz ultravioleta lejana no terminarán con el coronavirus SARS CoV-2, pero sí pueden ser un aliado perfecto para evitar la propagación. Como apunta el científico “la mayoría de los enfoques se centran en combatir el virus una vez que ingresa al cuerpo. Sin embargo este es uno de los pocos enfoques que tiene el potencial de prevenir la propagación de virus antes de que ingresen al cuerpo «.
Fuente: National geographic