Expertos advierten del desalojo de edificios en la costa de la Comunitat y el auge de las picaduras en el interior | Los picotazos de insectos en la región se incrementan un 50% en cuatro años, lo que preocupa a los especialistas
Los insectos están aumentando progresivamente en la Comunitat en los últimos años, lo que se traduce en picaduras y molestias para los valencianos. Y con mayo llega la época más álgida para estos ataques. Especialmente dos insectos alertan a los especialistas. Se trata de las termitas y las garrapatas, que han evolucionado y están expandidas por la región. Las primeras se encuentran en los grandes núcleos urbanos, fundamentalmente en la costa, mientras que las segundas se hallan en las zonas de interior. Además, según los datos de la Conselleria de Sanidad, han aumentado en los últimos años las picaduras de insectos. El año pasado supusieron un 50% más de las registradas en 2014.
Los cascos viejos de las ciudades de la costa valenciana son los focos preferidos de las termitas. Allí proliferan en torno a la humedad de la cercanía del mar, y como se alimentan de madera, dañan numerosas estructuras de viviendas antiguas. En concreto, edificios de unos cien años de antigüedad, que tienen su esqueleto de madera, como se hacía antes, en vez de las más recientes vigas de hormigón. Acceden directamente a la estructura y provocan graves daños en los edificios. Se trata de la variedad Reticulitermes.
La ciudad de Valencia está afectada por este problema, y de hecho junto a Madrid y Barcelona acumula los mayores núcleos de termitas de España, según un estudio de EZSA Sanidad Ambiental. En concreto algunas casas de la zona centro, en las calles Caballeros y Serranos, con varios palacetes afectados, y otras de la zona de Bailén y Convento Jerusalén, en las que han tenido que rehabilitar las edificaciones para evitar un derrumbe. Alrededor son todo edificaciones de no menos de un siglo de existencia y sin garaje en la zona inferior.
Porque el problema está en los cimientos, según explica Juan Carlos Santiago, presidente de la Asociación de control de plagas AECPSA-CV. «Aparecen en las fincas que no tienen forjado sanitario, que están hechas directamente sobre el suelo, porque en viviendas más nuevas con garaje es muy complicado que haya termitas», explica. «La humedad sube por las paredes y facilita que accedan estos insectos, que se alimentan de la madera de la estructura de los edificios», añade.
Un asunto que ratifica Rafael Mampel, presidente de la asociación de vecinos Ciutat Vella, la zona más afectada: «Hicieron una estructura de cemento en la calle Caballeros para aguantar la vieja estructura, está todo apuntalado, y en la calle Miguelete también». Mampel expresa que son «pocos los edificios totalmente deteriorados», pero que en muchas fincas antiguas «sí que hay, especialmente antes de que sean rehabilitadas». Para el representante vecinal «es problemático acabar con las termitas en el casco antiguo, porque se trata de un insecto que vive en el subsuelo y con la humedad ataca a las estructuras», asegura.
Además, Santiago avisa de la dificultad para detectarlas. «Hay edificios con vigas de carga carcomidas, la termita se come la cabeza de la viga, que pierde fuerza y se viene abajo, es un desastre. Pero lo peor es que te das cuenta cuando ya es evidente, porque la termita va por dentro de la madera y ya ha causado muchos daños», apunta. «Ha habido que desalojar edificios por este asunto, que afecta también al interior de las viviendas, con marcos de las puertas carcomidos», añade. Por su parte, Ignacio Santamarta, responsable de Sistemas Integrados de EZSA Sanidad Ambiental, indica: «Se trata de una plaga muy resistente, que llega hasta las casas a través de grietas cercanas a las tuberías o a través de estructuras de madera que están en contacto con el suelo húmedo y las plagas se acentúan con el calor».
Y si en la costa hay ese problema, en las zonas del interior de la Comunitat se están extendiendo las garrapatas. Siempre en zonas rurales, ya que se desarrollan en contacto con los animales, pero también provocan picaduras en las personas. En algunos casos pueden ser de gravedad, ya que transmiten enfermedades. Jalance es una de las poblaciones afectadas, por su proximidad con la reserva de caza Muela de Cortes, también cercana a los municipios de Cortes de Pallás y Jarafuel.
Desde el ayuntamiento de Jalance explican que uno de los motivos de este aumento de garrapatas es la sobre población de cabra montés, que las llevan pegadas al cuerpo y se han salido de la reserva, acercándose a las zonas urbanas, y por tanto en contacto con las personas. Lo que ha provocado picaduras. «Sí que han venido casos, gente que va al campo y se queda la garrapata incrustada en la piel, necesita material médico para retirarlo. Puede provocar una infección, una inflamación localizada sin consecuencias importantes, con algo de picor, y dura unos días, es lo habitual, pero en algunos casos graves también provoca fiebres», explica Miguel Benito, médico en el consultorio auxiliar de Jalance.
Justo es en esta época, cuando la temperatura primaveral empieza a aumentar, cuando suelen salir más garrapatas, especialmente cerca de los cursos de agua, en pequeños ríos. Van pegadas a un animal, ya sea una cabra, un jabalí, un conejo, que se acerca a beber, y el insecto se queda en las puntas de las plantas, desde donde pica a las personas cuando se acercan. «Con el cuidado del medio ambiente todas las poblaciones aumentan, pero también los insectos», señala el presidente de AECPSA-CV.
Para Juan Carlos Santiago, una causa fundamental del aumento de los insectos, ya sean estos dos, como también el mosquito tigre, la mosca negra o cualquier otro, ha sido el endurecimiento de la normativa de la Unión Europea. El representante de control de plagas expone que se han limitado mucho los usos de biocidas, lo que ha convertido en ineficaz la lucha contra los insectos, que crecen exponencialmente.
«Los han limitado mucho porque eran contaminantes, pero es difícil encontrar alternativas para acabar con los insectos», señala. «Los países del norte de Europa no tienen el clima nuestro y sus poblaciones animales no son tan elevadas. Lo que vale allí de biocidas aquí se queda corto, y provoca que se disparen y crezcan los insectos», argumenta Santiago. «Con el cambio climático las temperaturas son más suaves y por tanto no se mueren los insectos por el frío, tienen más tiempo para criar, casi 9 meses, por lo que se reproducen más», comenta.
Y de cara al futuro, la asociación de control de plagas no ve un panorama claro. «En los próximos años todavía irá a más, tendremos más especies invasoras. Sólo se puede cambiar si se vuelven a autorizar biocidas con mayor eficacia. Hace unos diez años no había mosca negra porque nuestros ríos estaban contaminados, pero cuando se implantan depuradoras y se limpian, esas plagas vuelven a aparecer, como ocurre ahora». De hecho, en los dos últimos años el aumento de consultas médicas por picaduras ha sido enorme y alcanzan los 151.000 casos en la Comunitat, aunque la gran mayoría no dejaron infecciones.
Fuente: Diario Las Provincias
Tecno Laboratorio y control de plagas